La vejez y la enfermedad en las obras de teatro de Jean-Pierre Martinez

Se puede reír de todo, incluso de la inexorable decadencia que nos espera a todos… A falta de poder conjurar estos dos males, hay que reírse de la vejez y de la enfermedad. Sin burlarse, por supuesto, de los viejos y los enfermos que todos seremos tarde o temprano. Molière no se burlaba de los ancianos, sino únicamente de los viejos tontos (como Arnolphe en La escuela de las mujeres). Tampoco se burlaba de los enfermos, sino únicamente de los “enfermos imaginarios”.

El hospital era casi perfecto… El crimen también. Una comedia policial con tintes de humor negro.

Si la vejez es un naufragio, la vida puede ser comparada con un crucero en el Titanic. Algunos se relajan en tumbonas en la cubierta, mientras que otros reman en la bodega. Pero todos terminarán siendo alimento para los peces. Así que mientras se espera el inevitable encuentro con un iceberg, para aquellos que puedan hacerlo, al son de la orquesta, es mejor hacer sonar los cubitos de hielo en su vaso. Una comedia fuertemente teñida de humor negro. La primera sitcom metafísica cuya acción se desarrolla en una residencia de ancianos medicalizada.

En el andén de una pequeña estación de cercanías, un hombre y una mujer que no se conocen esperan el tren que los llevará hacia el nuevo destino que han elegido mutuamente. Pero este tren de las 8:30, que solían tomar en el pasado, ha sido cancelado. El próximo tren llegará recién dentro de tres horas. Esto les brinda una oportunidad de un encuentro improbable que podría cambiar el rumbo de sus vidas… 1 hombre - 1 mujer

Paco se encuentra en coma profundo tras un accidente de bicicleta. El hospital avisa a sus allegados, que hace tiempo le ignoran, para que decidan su suerte a fin de evitar mantenerlo artificialmente con vida. Pero, la decisión es difícil de tomar ya que el paciente parece no ser exactamente quien parecía ser y que guarda un secreto que podría acarrear grandes…

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